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CAMPAÑA SOLIDARIA CON MOZAMBIQUE

COMO CADA AÑO ALUMNOS, PROFESORES Y FAMILIAS NOS COMPROMETEMOS COLABORANDO EN LA RECAUDACIÓN DE FONDOS PARA LA CAMPAÑA SOLIDARIA

Nuestro colegio está hermanado con Congolote, un barrio periférico de la capital de Mozambique, donde viven un grupito de hermanas dominicas. Como otros años, esperan nuestra ayuda. Este año en los meses de febrero y marzo, han vivido los efectos devastadores del Ciclón “Freddy“ que con fuertes tormentas ha arrasado con sus cultivos y sus casas de madera (pallotas).  

Van a ser muchas las actividades programadas por el Equipo de Pastoral para la recaudación de fondos desde ahora y hasta el final de curso. Os animamos a participar en todas ellas!

Aquí podéis leer la carta de Judite, que nos llega desde Mozambique.

Queridos amigos de Dominicas:

Me pide la hermana Esperanza que os escriba una carta contando mi vida. Parece que la van a leer en vuestro colegio de Pamplona. Me piden algo muy difícil, primero porque todavía no escribo muy bien, pero es que además yo no hablo español… ¿Cómo me vais a entender? Además no sé qué quiere que cuente. Mi vida, me dice, lo que pasa es que mi vida no es nada interesante. Pero digo que sí. Más que nada porque la hermana Esperanza es amiga de la hermana Blanca y ella ayudó a Padre en su centro de salud cuando enfermó. Finalmente murió, pero le dieron medicamentos que no hubiéramos podido comprar para que sufriera menos.

Así que aquí estoy, contando. La hermana Milagros escribe lo que digo y luego lo traduce. Un lío…

Mi vida… Veamos: me llamo Judite y tengo 13 años. Hasta hace un mes vivía en una pallota con madre y con mi hermano Paulo, que es pequeño. Nosotros ocupábamos una habitación, en la otra estaba Carla con sus niñas. Ahora no sé dónde están, y las echo de menos. Madre tiene un virus y pasa días muy malos y otros mejores. A ella también le dan las medicinas en el centro de la hermana Blanca. Ahora que Freddy nos derribó la casa le dejan dormir allí, pero pronto construiremos otro hogar.

Normalmente trabajo en el campo, en el cultivo del anacardo. Fuera de la pallota teníamos también un pequeño huerto con alubias. Salgo temprano y dejo a Paulo en la escuelinha, con la hermana Rosario, que habla swajili además de portugués. Allí los niños juegan, pero también aprenden a leer y escribir.

El problema vino en febrero, cuando llegó el ciclón Freddy. No solo nos derribó las casas, sino que además hubo inundaciones que arruinaron los cultivos y los campos. Murieron personas, pero nadie a quien yo conociera, gracias a Dios. Las cosas irán mejor, me lo dice Madre, la hermana Esperanza, la hermana Milagros… Así que yo también se lo digo a Paulo, que está algo triste desde que se nos cayó la pallota. Pronto tendremos otra. Pronto podremos volver a plantar. Y la próxima carta la escribiré yo sola, aunque sea en portugués.

¿Sabéis que os conozco un poco? Esperanza me enseña a veces fotos de vuestro colegio, de sus compañeras… a mí me da un poco de risa ver que tenéis un tractor dentro de una clase. También sé señalar vuestra ciudad en un mapa. Me dice que el centro de salud, la escuela, las casitas de los ancianos, los pozos que tenemos… pudieron crearse gracias a vuestra ayuda. Me parece muy bonito que penséis en nosotros desde un lugar tan lejano, desde ese colegio tan bonito. Yo también os he enviado unas fotos de mi tierra… y de cómo quedaron los campos después del ciclón, aunque eso da bastante pena. Cuando todo se arregle, cuando construyamos otra pallota y los campos estén de nuevo plantados, mandaré fotos más alegres, lo prometo. Y os mostraré también el cielo de mi país, que al anochecer se pone precioso.

Muchas gracias a todos los que nos guardáis en el corazón. Os aseguro que yo también os tengo en el mío y os pienso a menudo. Un abrazo muy fuerte para todos, un abrazo de los de verdad…

Judite

 

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